Qué hacer si se te sube un testículo

Si se te sube un testículo con frecuencia y sin causa aparente es posible que tengas un testículo retráctil o en ascensor. “El testículo retráctil es aquel que sube por sí solo fuera del escroto”, informa Mª Belén Panizo Santos, miembro de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria.

Los testículos son una parte de la anatomía masculina “que se sitúan en la bolsa escrotal y que cuelgan de una estructura llamada cordón espermático o inguinal, donde se alojan los vasos, tantos arteriales como venosos, que se dirigen al testículo”, explica Francois Peinado, jefe de Servicio de Urología del Complejo Hospitalario Ruber Juan Bravo, 39, en Madrid.

En ese cordón inguinal, “hay un músculo llamado cremáster que puede contraerse y que puede provocar el reflejo cremastérico, lo que ocasiona en todos los hombres el ascenso o contracción del testículo dentro de la bolsa escrotal”, indica el experto.

¿Por qué se produce? Según Peinado, “las situaciones típicas que pueden producir este ascenso son el frío, el dolor, la actividad sexual o la hipermovilidad del testículo”. Es importante señalar que en algunos pacientes, este ascenso “es recurrente e incluso se prolonga durante horas, llegando a desaparecer el testículo de la bolsa escrotal”.

El principal síntoma del testículo en ascensor es “notarse el testículo muy arriba, cerca de la zona inguinal e, incluso, en algunos casos, puede desaparecer de la bolsa escrotal”, señala Peinado.

Aunque, como afirma Saturnino Luján, del Servicio de Urología del Hospital la Fe de Valencia, normalmente es “asintomático. En los casos que se activa el reflejo cremastérico de manera excesiva, el testículo desaparece de su bolsa o escroto y queda momentáneamente posicionado a nivel inguinal. Este reflejo intenso puede aparecer en cualquier momento de la vida de un hombre pero es más frecuente encontrar esta condición en niños o adolescentes”.

Este trastorno no se puede prevenir ya que es “un reflejo que el paciente no puede controlar”, indica el urólogo.

El diagnóstico de los testículos en ascensor se hace “con la exploración y, en principio, no requiere que se lleven a cabo pruebas complementarias”, señala Alberto Parente, facultativo del Servicio de Cirugía Pediátrica del Hospital Universitario de Torrejón, en Madrid. facultativo del Servicio de Cirugía Pediátrica del Hospital Universitario de Torrejón, en Madrid.

Consejos

El testículo en ascensor o retráctil suele aparecer durante la infancia, pero también en la edad adulta. En ambos casos es importante saber qué hay que hacer para solucionar este problema que, en la mayoría de los casos, no requiere de tratamiento médico ni de cirugía.

Como apunta Peinado “lo importante es relajarse y bajar manualmente el testículo siempre que sea palpable”. También sería aconsejable “un baño con agua caliente, ya que el calor facilita el descenso. No se debe forzar la situación en el caso de que el testículo esté muy alto y si no consigue bajarse, se debe acudir a urgencias”.

También habrá que acudir al médico cuando “los episodios son muy frecuentes y si se produce dolor o malestar en la zona”.

Es importante saber que este problema “es diferente a la criptorquidia”, tal y como explica Luján. De hecho, señala el experto, “en la criptorquidia el testículo no se mueve y queda alojado fuera de la bolsa testicular o escroto”.

Tratamiento quirúrgico

En general, este trastorno suele desaparecer por sí solo y no producir u ocultar problemas o patologías más graves, sin embargo, si persiste “se debe plantear la cirugía”. Los objetivos de este tratamiento son “colocar el testículo en una posición escrotal normal y fijarlo”, indica Peinado. Los beneficios de la colocación en una correcta localización “se basan en los motivos estéticos y en la prevención de complicaciones, como el desarrollo de una hernia o una torsión”.

Como tranquiliza Luján, “no hay ningún tipo de riesgo salvo si el testículo no desciende a su posición natural (criptorquidia) en cuyo caso deberá realizarse una cirugía para dejar el testículo en su lugar anatómico para preservar la fertilidad y disminuir el riesgo de tumores”.