Síntomas y tratamiento del prolapso de vejiga (cistocele)

Un prolapso de vejiga o cistocele es una afección en la que la vejiga cae o se hunde dentro de la vagina. Es el tipo más común de prolapso de órganos pélvicos. Cuando los músculos y ligamentos del suelo pélvico se debilitan y estiran, ya no pueden mantener los órganos pélvicos en su lugar y se produce un tipo de prolapso.

El prolapso de vejiga es tratable y su caso puede ser leve o grave. Si tiene síntomas, nuestros expertos le brindan una variedad de opciones de tratamiento quirúrgico y no quirúrgico.

Síntomas del prolapso de vejiga

Es posible que no note ningún síntoma, especialmente si tiene un prolapso de vejiga leve. En casos graves, su vida diaria puede verse afectada por síntomas incómodos.

Los síntomas del prolapso de vejiga incluyen:

  • Dolor o sensación de pesadez en la pelvis
  • Tener un chorro de orina lento
  • Dificultad para iniciar el flujo de orina
  • Micción frecuente o urgente
  • Sentir ganas de orinar aunque ya haya terminado
  • Ver un bulto que sale de la vagina
  • Sentir que algo está cayendo por la vagina

Estos síntomas pueden empeorar si permanece de pie durante largos períodos de tiempo, tiene tos o levanta objetos pesados. Puede mejorar sus síntomas descansando y recostándose.

Etapas del prolapso de vejiga

La etapa de una vejiga prolapsada se basa en cuánto ha caído la vejiga.

  • Etapa I: prolapso leve de la vejiga, donde los órganos todavía están algo sostenidos por los músculos del suelo pélvico y pueden haber caído en la parte superior de la vagina.
  • Etapa II: la vejiga ha comenzado a caer en la parte inferior de la vagina, cerca de la abertura.
  • Etapa III: la vejiga ha caído hasta o más allá de la abertura de la vagina y sobresale.
  • Etapa IV: la vejiga ha salido por completo por la abertura vaginal.

¿Qué causa el prolapso de la vejiga?

Cuando los músculos del suelo pélvico se debilitan, no pueden sostener órganos como la vejiga. El sostén puede verse afectado por varios factores, que incluyen:

  • Envejecimiento: los músculos y tejidos del suelo pélvico se debilitan con el tiempo.
  • Embarazo y parto: la tensión y el estiramiento de un parto vaginal debilitan los músculos del suelo pélvico.
  • Histerectomía: una histerectomía puede ponerla en riesgo de desarrollar la afección.
  • Obesidad, estreñimiento crónico, tos crónica y levantamiento de objetos pesados: agrega presión y tensión a los músculos del suelo pélvico, lo que hace que se debiliten.
  • Genética: los antecedentes familiares de prolapso de órganos pélvicos pueden ponerla en riesgo de desarrollar la afección.

Diagnóstico del prolapso de vejiga

Primero se reunirá con un uroginecólogo para revisar su historial de salud y cualquier síntoma. Un examen pélvico puede diagnosticar el prolapso de la vejiga. A veces, se puede necesitar una tomografía computarizada o una resonancia magnética para observar más de cerca el prolapso. También se pueden recomendar pruebas de orina y de vejiga para descartar otras complicaciones, como una infección de las vías urinarias (IVU) o incontinencia urinaria.

Tratamientos para el prolapso de vejiga

Si tiene un prolapso leve que no causa síntomas significativos, puede corregirse solo con tratamientos no quirúrgicos. Se puede recomendar la cirugía para las etapas más graves del prolapso de vejiga.

Opciones no quirúrgicas para el tratamiento del prolapso de vejiga

  • Terapia de biorretroalimentación: se usan sensores para estudiar y mejorar el control muscular.
  • Fisioterapia para el prolapso de vejiga: la terapia física y ocupacional del suelo pélvico puede fortalecer los músculos del suelo pélvico. Los métodos incluyen ejercicios del suelo pélvico y terapia práctica.
  • Pesario vaginal: se puede insertar un anillo suave y removible llamado pesario en la vagina para sostener la vejiga prolapsada y brindar estabilidad y alivio.

Tratamiento quirúrgico del prolapso de vejiga

Una cirugía mínimamente invasiva se usa con frecuencia para reparar el prolapso de la vejiga. El procedimiento utiliza una malla quirúrgica para mantener la vejiga en su lugar. Generalmente esto se hace a través de una incisión muy pequeña en el abdomen, que produce menos cicatrices y tiene un tiempo de recuperación más rápido que otras cirugías.

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